Rosario de la Aurora

ROSARIO DE LA AURORA: Multitudinaria Y FERVOROSA MADRUGADA

Madrugada del 5 de agosto. 7:00 h

Vitoria-Gasteiz, 5 de agosto. 7 de la mañana. Multitudes acuden al Rosario de la Aurora, a procesionar la Virgen por el casco medieval. Fervor popular. Genuina demostración de devoción vitoriana. Y a las 8, en la plaza de la Virgen Blanca, al aire libre, la misa de la Aurora con miles de fieles que, al terminar, tienen por costumbre tomarse un chocolate.


Recorrido del Rosario de la Aurora: Calle Zapatería / Plaza de la Virgen Blanca / Mateo de Moraza / Cuesta de San Francisco / Cuesta de San Vicente / Fray Zacarías Martínez / Plaza de Santa María / Cantón de Santa María / Chiquita / Correría / Herrería / Pedro Egaña, Plaza de la Provincia, Diputación y Plaza de la Virgen Blanca.

Al finalizar, aproximadamente a las 8 de la mañana, se celebra en la Plaza de la Virgen Blanca la tradicional Misa de la Aurora, al aire libre.


HISTORIA

La aceptación por los vitorianos de la devoción a la Virgen Blanca motivó la creación de su Cofradía y la introducción de los diversos cultos y celebraciones. Esa devoción  les llevó a la organización de los Rosarios en procesión. El primero, el de la Aurora que –al menos desde el siglo XVII– sigue manteniendo su recorrido primitivo por las calles del casco viejo de la población a primeras horas de la mañana de cada 5 de agosto. Ha pasado de ser un cortejo procesional humilde y limitado (por el corto número de participantes hasta mediados del pasado siglo)  a constituir una multitudinaria manifestación de fe y un sorprendente fenómeno sociológico en nuestros días.

A NADIE IMPORTA EL CANSANCIO TRAS LA NOCHE FESTIVA,
NADIE SE QUEJA DE LAS HORAS ROBADAS AL SUEÑO

El Rosario de la Aurora es una singular, pausada y entrañable manifestación popular de fe y de tradición a la que acuden miles de vitorianos, de toda edad y condición. La marcha religiosa comienza a las siete de la mañana, poco después de despuntar el alba. Los fieles caminan despacio por las calles medievales mientras resuena, al unísono, el monótono canto del Rosario. La procesión está presidida por una pequeña imagen de la patrona que se pasea sobre unas andas portadas por orgullosos blusas.

La Virgen Blanca, en la Plaza que lleva su nombre.

En un principio, estuvo organizado por el Ayuntamiento, después por la Parroquia de San Miguel y en la actualidad por la Cofradía de Nuestra Señora la Virgen Blanca. Con el paso del tiempo los organizadores han observado cómo se incrementaba, de modo casi asombroso, el número de asistentes. A principio de los años 50, tan sólo varios centenares de personas realizaban el recorrido. El párroco, don José María Fernández de Retana, solía contar con su rosario los participantes. Un año estalló de gozo cuando completó cuatro vueltas: 240 asistentes.

Hoy en día, más de 20.000 ciudadanos acompañan a la Virgen María en su madrugador peregrinar. A nadie importa el cansancio tras la primera noche de fiesta, nadie se queja de las horas robadas al sueño reparador.

Fuente: Cofradía de Nuestra Señora la Virgen Blanca.

Rosario de la Aurora, en la madrugada del 5 de agosto. ©Eduardo de Nó.